LINTERNA VERDE (GREEN LANTERN)
La gran apuesta de Warner Bros y DC
Cómics para este verano no ha funcionado en taquilla cómo esperaban, pero...
¿por qué? Probablemente por el excesivo presupuesto, que se elevó a alrededor
de los 250 millones de dólares (tras añadir 9 millones a los ya presupuestados para
que los efectos visuales estuviesen a tiempo para la fecha del estreno) y a los que hay que añadir unos
gastos de promoción que, según las malas lenguas aseguran, elevó el presupuesto
por encima de los 400 millones de dólares. Una cifra difícil de superar en
taquilla. También es cierto que las malas reacciones de la mayor parte de la
crítica especializada tampoco ayudaron mucho.
Nos encontramos ante una película
veraniega dirigida por el veterano Martin Campbell, director de "La
máscara del Zorro" y su continuación "La leyenda del Zorro", así
como de la primera película como James Bond de Pierce Brosnan, "Goldeneye"
y de la revitalización de la franquicia en la primera película de Daniel Craig
como 007, "Casino Royale". A estas películas hay que sumar la
infravalorada "Escape de Absolom", la entretenida "Límite
vertical" y la recuperación de Mel Gibson para papeles de acción en
"Al límite". Si bien es cierto que casi ninguna de estas obras pasará
a la historia del cine (digo casi porque es posible que "Casino
Royale", su mejor obra, sí lo haga, nunca se sabe), también hay que
reconocer que todas ellas son, como mínimo, entretenidas, siendo varias de
ellas muy notables.
La película está protagonizada por Ryan
Reynolds (tan de moda últimamente por "Buried" del español Rodrigo
Cortés) como el piloto de combate Hal Jordan y Blake Lively (archiconocida
gracias a su papel de Serena van der Woodsen en
la serie "Gossip Girl") como el interés amoroso del
protagonista, además de piloto de aviones de combate e hija del dueño de la
empresa que le ha contratado como piloto de pruebas. También aparecen actores
de la talla de Mark Strong (a quién vimos en el "Sherlock Holmes" de
Guy Ritchie o como villano en "Kick-Ass"), Peter Sarsgaard
("K-19: The Widowmaker", "Kinsey", "Noche y Día",
"Jarhead, el infierno espera") o Tim Robbins (conocido mundialmente
por ser el banquero acusado injustamente en "Cadena Perpetua" de
Frank Darabont, o por sus papeles en películas como "Arlington Road.
Temerás a tu vecino", "Antitrust. Conspiración en la red" o el
drama de Clint Easwood "Mystic River"). Curiosamente este último
interpreta a un político algo corrupto y amoral, que contrasta enormemente con
la activa vida de protesta que lleva el actor contra las injusticias sociales.
Si bien hay que reconocer que ninguno de ellos hace una interpretación
sobresaliente, todos ellos cumplen su función de manera más que correcta.
Visualmente la película es muy
interesante, aunque es cierto que no se aprecian los 250 millones de dólares
invertidos como se debiera. Además, algunas ideas que se lanzan son bastante
interesantes, como la contraposición entre el poder de la voluntad (puesto que
el poder de los Linternas Verdes, algo así como la policía intergaláctica en
que acaba nuestro protagonista, proviene de la voluntad de los seres de todo el
universo) y el poder del miedo (pues el enemigo más poderoso al que se han
enfrentado nunca los Linternas Verdes no es otro que Parallax, quien se alimenta
de miedo). Los Green Lantern aseguran que, aunque bastante incontrolable, el
miedo es un arma más poderosa que la voluntad, cosa que Hal Jordan niega.
También es muy interesante el análisis
que hacen los extraterrestres de los seres humanos como seres débiles, una
especie muy joven y, sobre todo, una especie que se cree el centro del
universo. Además, se destaca el hecho de la limitación de los humanos a su
pequeño mundo, pues el poseedor del anillo de Green Lantern puede crear
cualquier cosa que consiga imaginar y, nuestro protagonista, crea cosas
"demasiado humanas" según sus entrenadores.
Es cierto que no profundiza demasiado en
ninguno de estos aspectos, lo cual se echa un poco de menos pues termina
quedando una desarrollo un tanto plano en este sentido, pero son un inicio muy
prometedor de cara a la segunda parte de la saga que, según asegura
categóricamente Warner, ya está empezando a ponerse en marcha (pese a que esta
primera entrega no cumplió las expectativas esperadas en taquilla como
comentábamos al inicio de la crítica).
No sé por qué se ha denostado tanto esta
película cuando hay obras muy similares en calidad, como Thor o Capitán
América, que han recibido, en líneas generales, el beneplácito de la crítica (o
al menos no han sido atacadas tan agresivamente). Thor, siendo peor película
que la que nos ocupa, recibió mucho mejores críticas sólo por estar dirigida
por Kenneth Branagh (cuya adaptación más conocida es "Hamlet" de
William Shakespeare), siendo una película con menos ritmo, un abuso asfixiante
de los planos aberrantes y unas interpretaciones planas (pese a estar
protagonizada por actores de la talla de Natalie Portman, ganadora del Oscar a
Mejor Actriz ese mismo año por "Cisne Negro", o Anthony Hopkins,
ganador también del Oscar a Mejor Actor por "El silencio de los
corderos").
Lo dicho, nos encontramos ante una
película de superhéroes bastante entretenida, que realiza una presentación de
personajes (aquello para lo que utilizan, de unos años a esta parte, los
grandes estudios las primeras entregas de posibles sagas) muy adecuada, que
sienta unas bases sólidas para futuras secuelas de manera muy sugerente y que
da todo lo que promete. Si bien es cierto que no es una película que vaya a
pasar a los anales de la historia del cine, entretiene totalmente durante las
menos de dos horas que dura, que tal y como están las cosas
últimamente, es más que suficiente.