En primer lugar quiero aclarar que soy un gran fan de la
saga de libros escritos por Suzanne Collins y que llevaba esperando esta
película casi un año, por lo que soy consciente de que mi crítica no va a ser
todo lo imparcial que debiera ser.
Estamos ante la primera adaptación de una trilogía (aunque
la productora cinematográfica ya ha avisado que las adaptaciones serán
cuatrilogía debido a que "los acontecimientos narrados en el último libro así
lo requieren") de libros escritos por la autora Suzanne Collins. Dicha
adaptación está batiendo todos los récords de taquilla, habiéndose alzado en un
corto espacio de tiempo como el inicio de saga más rentable de la historia de
EE.UU (ha recaudado sólo en EE.UU. más de 150 millones de dólares en su primer fin de semana cuando su presupuesto se estima en unos 75 millones de dólares).
Gary Ross ha conseguido captar la esencia de los libros (quizás
haya ayudado el hecho de que su autora formase parte del equipo de guionistas),
trasladándonos de manera muy realista al distrito de Panem. Panem es el nombre
que recibe el territorio dominado con mano de hierro por el Capitolio en el
cual conviven 12 distritos, los cuales han de enviar a un chico y una chica
denominados tributos, a luchar una vez al año en unos juegos televisados en
los que sólo puede sobrevivir una persona. Estos juegos se organizan con el fin
de recordar a los distritos que les puede pasar si intentan sublevarse cómo
hizo el Distrito 13, el cual fue aniquilado. Además, sirven de entretenimiento
a los distritos más ricos, que incluso hacen apuestas sobre los ganadores o los
"patrocinan"; y dan un rayo de esperanza a los distritos más pobres,
permitiendo al Capitolio tenerlos controlados, trabajando y produciendo la
materia prima que los distritos más ricos necesitan.
Uno de los mayores aciertos de la película es el casting. En
primer lugar una Jennifer Lawrence a la que el papel de Katniss Everdeen le
viene como anillo al dedo, consiguiendo transmitir el torbellino de emociones
que pasan por la mente de la protagonista en todo momento. A esta la acompañan
unos correctos Josh Hutcherson y Liam Hemsworth, quienes interpretan a su
compañero en los Juegos y a su mejor amigo en el Distrito 12, respectivamente.
También tenemos a Stanley Tucci como el mediático presentador de los Juegos, en
un papel muy diferente al que nos tiene acostumbrados pero en el que es una
delicia verle; a Elizabeth Banks como la elitista encargada de los tributos del
Distrito 12; a Woody Harrelson como el único vencedor del Distrito 12 de la
historia, quién bebe para olvidar los Juegos en que participó y quién, además,
es mentor y principal apoyo de los tributos de dicho distrito durante los
Juegos; a Donald Sutherland como el oscuro presidente de Panem, en un papel
demasiado breve para mi gusto pero que adquirirá protagonismo en las próximas
entregas; y a Lenny Kravitz como el
estilista del Distrito 12, quién consigue crear una empatía considerable con el
espectador pese a su relativamente fugaz papel.
El presidente de Panem (Donald Sutherland) con su asesor. |
Uno de los inconvenientes del film es que, en su intento de
ser extremadamente fiel a la obra original (cosa que consigue en gran medida,
habida cuenta de la cantidad de material a adaptar), puede ser algo difícil de
seguir en algunas partes, puesto que el director decide sacrificar algunas
explicaciones que podrían haber ayudado a quiénes no se hayan leído la obra de
Collins, en favor de introducir una mayor cantidad de elementos de la obra
original.
Algunos de los tributos de otros distritos. |
Por otra parte, Gary Ross capta desde el primer instante la
sensación que la autora te intenta transmitir con la lectura del libro, pero el
hecho de tener que esbozar muy rápido algunas situaciones, unido al uso de una
cámara en mano muy justificada (sobre todo en aquellas partes en que la
protagonista corre y apenas puede ver lo que sucede a su alrededor) pero que,
aun así, en algunos momentos se vuelve un poco mareante, restan algo de fuerza
al conjunto, sobre todo, como ya he dicho, para quienes no se hayan leído la
obra de Collins.
Otra de las ventajas de la película es el trasfondo social y
político que tiene la novela y que, por el momento, también está presente en la
adaptación, el cual enriquece considerablemente la obra. La película deja entrever
una crítica al abuso del poder y, sobre todo, a los sistemas de control
excesivo sobre los ciudadanos. Si mantienen esta línea durante las próximas
entregas podríamos encontrarnos ante una de las sagas a tener en cuenta para
los próximos años.
En resumen, una película muy correcta y entretenida, más que
recomendable para ir a ver al cine, la cual supera la media a la que nos tiene
acostumbrados Hollywood con las adaptaciones (salvando honrosas excepciones),
pero con algunos fallitos que esperemos vayan puliendo para las próximas entregas.