Una explosión en una refinería. El avión del Primer Ministro británico que desaparece en pleno vuelo. Una petrolera no demasiado transparente. Un viceprimer ministro sin excesivas ganas por alcanzar el poder. Así comienza esta excelente miniserie británica sobre los entresijos del poder al más alto nivel.
Gabriel Byrne (Muerte entre las flores, Sospechosos habituales, la serie En terapia) es el protagonista absoluto (rodeado por un gran número de excelentes secundarios) de esta miniserie. Byrne está soberbio como el atormentado y superado por los acontecimientos viceprimer ministro británico, quien intenta hacer lo correcto para esclarecer los hechos pese a las dificultades que se encuentra constantemente, tanto por parte de empresas multinacionales externas como dentro de su propio gobierno.
Aparte de Byrne, otra de las grandes bazas de la serie es el guión. Un guión que no deja títere con cabeza, pues tras estos hechos aparentemente aislados y sin relación, se empieza a descubrir una gran conspiración que afecta a bancos, petroleras, multinacionales e incluso a importantes miembros del gobierno británico. Además, los excelentes diálogos, mejorados por la interpretación de todos los actores, poseen ese toque británico de sarcasmo y doble sentido en el momento apropiado que hace que te quedes pegado a la butaca escuchando las conversaciones. Otro aspecto muy destacable del guión es el atrevido y sorprendente final (algo en lo que muchas veces fallan grandes producciones). Un final realmente demoledor, rodado con una elegancia magistral y que invita a reflexionar sobre los temas tratados.
Por otra parte, tal y como nos vienen acostumbrando las series británicas últimamente, la fotografía es sobresaliente, con planos en los que predomina una paleta de colores oscura y desalentadora pero con una enorme fuerza visual. Por poner un ejemplo: el plano inicial de la miniserie, sobrecogedor e impactante, con el viceprimer ministro ante una calle desierta.
La miniserie consigue mantener la atención y la intriga durante sus 4 capítulos, pudiéndose ver los mismos totalmente seguidos, como si de una película se tratase, debido a lo adictivo de la trama (y a la duración de apenas 45 min. cada capítulo). Así, veremos la evolución del personaje interpretado por Byrne a la par que evolucionan las investigaciones sobre el accidente de la refinería y la desaparición del avión del Primer Ministro.
En definitiva, estamos ante una excelente miniserie, muy bien rodada, con grandes interpretaciones y con un guión atrevido y valiente. Muy recomendable.
Gabriel Byrne, protagonista de la miniserie. |
Ellis Kane, una periodista que ejercerá verdaderamente como cuarto poder. |
Felix Durrell, político británico y asesor del Primer Ministro. |