La nueva película del director mexicano Alfonso Cuarón (Hijos de los hombres, Harry Potter y el prisionero de Azkaban,
Y tu mamá también), precedida de
enormes expectativas, nos cuenta las historia de unos astronautas que, tras un
accidente en el espacio, tienen que luchar por sobrevivir sin apenas recursos
para lograrlo, sólo con ayuda de su entrenamiento, su inteligencia y su
tenacidad.
Cuarón utiliza todos los recursos a su alcance para
ofrecernos una película magistral, que nos acerca a la sensación de estar
flotando en el espacio como ninguna otra hasta el momento. El mexicano maneja
la cámara con un virtuosismo digno de mención (ya podrían aprender muchos
directores), con grandes planos secuencia de una complejidad encomiable
(atentos a ese inicio de más de 15 min. sin cortes de montaje) y con una cámara
que en todo momento está al servicio de la historia, en el lugar que debe de
estar para dar la sensación de soledad que el director busca o para que el espectador
sienta la misma angustia o desesperación que la doctora protagonista del film.
Sandra Bullock (The
blind side, Speed, Crash, Tiempo de matar) ofrece una interpretación magistral como la
doctora Ryan Stone, la cual se encuentra en la que es su primera misión
espacial. Bulllock, sobre la cual recae todo el peso de la película, consigue
transmitir esa sensación de angustia y de indefensión de manera natural y realmente
agobiante. La nominación al Óscar la debería tener asegurada, pues por el
momento (a la espera de los estrenos que vienen) la veo como favorita al Premio
de la Academia.
Por otra parte, George Clooney (Tres reyes, la saga Ocean´s,
Buenas noches y buena suerte),
consigue humanizar a su personaje y que empaticemos con él en un breve espacio de tiempo, en gran
medida gracias al excelente guión de su personaje, un bromista alegre y con
gran carisma.
Por decir algo en lo que flojea un poco, el guión, en algún
momento puntual, tira de tópicos, pero es algo bastante asumible dada la
naturaleza de la historia. Además, es algo que se perdona fácilmente, pues la
manera de narrártelo de Cuarón es tan absorbente que durante el visionado
apenas te das cuenta y, sólo si lo analizas tras haber visto el film, descubrirás
que te han colado un tópico en algún momento de la historia. Aún así, es un
aspecto mínimo que no ensombrece el resultado final de la película.
La fotografía de Emmanuel Lubezki (nominado al Óscar
por su trabajo en Hijos de los hombres,
Sleepy Hollow o El árbol de la vida) es apabullante, dando realmente la sensación
de que estamos en el espacio gracias a un uso de la luz magistral. A esto
ayudan enormemente los precisos movimientos de cámara (siempre al servicio de
la historia, al igual que los efectos visuales) y, sorprendentemente, el 3D,
que te permite una inmersión en la película como nunca antes se había visto con
este sistema.
La banda sonora de Steven Price (Bienvenidos al fin del mundo, Attack
the block) acompaña esta odisea espacial de manera adecuada en todo momento,
ayudada en gran medida por los efectos sonoros que nos transmiten esa sensación
de grandiosidad y opresión del espacio de manera sublime.
En definitiva, una película que es imprescindible disfrutarla
en pantalla grande y, si es posible, en 3D.
Alfonso Cuarón dirigiendo a Sandra Bullock y George Clooney. |
Sandra Bullock en un momento del film. |