El
creador de series como "Perdidos", "Alias" o "Fringe"
(y algunos fracasos como "Undercovers" o "Alcatraz"), y director
de la sobrevalorada (que no mala), "Super 8", la entretenidísima
"Misión Imposible 3" y la revitalización, con una más que correcta
primera entrega de la saga, de "Star Trek" (y ahora parece que
también revitalizará "Star Wars"), nos ofrece ahora la continuación
de esta historia que sigue a los tripulantes de la nave USS Enterprise.
J.J.
Abrams (el director y creador de todo lo mencionado anteriormente, para quién a
estas alturas aún no lo sepa) articula un vehículo de entretenimiento que posee
acción, romance, comedia, emoción, intriga y, en definitiva, dos horas de
diversión de calidad. Si bien es cierto que quizás no alcance las cotas de la
primera entrega, al no contar con el factor sorpresa, esta segunda entrega
tiene muchos puntos a su favor y es una continuación más que correcta de la
primera entrega.
Por una,
parte el casting elegido (incluidas las nuevas incorporaciones) cumple su papel
con unas interpretaciones que oscilan entre lo correcto y lo sobresaliente, sin
ningún intérprete que destaque especialmente de manera negativa. Chris Pine (protagonista
de la película "Infectados" o de "Imparable", esta última
junto a Denzel Washington) parece que ha nacido para interpretar al capitán
James Tiberius Kirk, así como Zachary Quinto (el Sylar de la serie "Héroes",
visto también recientemente en la serie "American Horror Story") al
Sr. Spock. Completan el reparto ya presente en la primera entrega Karl Urban (el
nuevo juez Dredd en el remake de la
película protagonizada por Sylvester Stallone, "Dredd", o Éomer en la
trilogía de "El señor de los anillos") como el doctor Leonard "Bones"
McCoy, Zoe Saldana (Neytiri en la superproducción de James Cameron, "Avatar")
como Nyota Uhura, y los secundarios Anton Yelchin como Pavel Chekov, John Cho
como Hikaru Sulu, Simon Pegg como "Scotty" y Bruce Greenwood como el
Almirante Christopher Pike. A estos se añaden Alice Eve (vista recientemente en
"MIB 3") como la doctora Carol, Peter Weller (el policía corrupto de
la serie "Dexter") como el Almirante Marcus y un descomunal Benedict
Cumberbatch (el Sherlock de la serie británica "Sherlock") como el
villano de la película (atentos al espectacular monólogo en un único primer plano
donde desvela su historia y sus motivaciones, un auténtico ejercicio actoral).
El buen
hacer de los actores permite a los guionistas introducir gran cantidad de
puntos de humor, uno de los elementos más destacables del guión, que aligeran
la trama en los momentos adecuados, consiguiendo además que no queden ridículos
o fuera de lugar (como ocurre en otros muchos films de estas características).
Para ello recurren mucho en esta segunda entrega no sólo a "Scotty"
sino también a la naturaleza medio vulcana del Sr. Spock, la cual le hace ser
muy racional y nada pasional, lo que permite traer numerosos golpes de humor (y,
de paso, numerosos problemas a su protagonista).
También
hay que mencionar la fotografía de la película la cual, pese a contar con la
sobresaturación de reflejos en la lente (puestos en post-producción, por otra
parte) que ya es marca de la casa de Abrams (aunque en este film se integran
mejor y no molestan tanto como en otros, véase "Super 8") es más que
destacable. Daniel Mindel, el director de fotografía, realiza unos juegos
soberbios con la iluminación, aprovechando espectacularmente los recursos que
ofrece cada escenario para lograr algunos planos realmente espectaculares.
Otro
punto a destacar en la película es la impresionante banda sonora compuesta por
el ya habitual compositor de los proyectos de Abrams, Michael Giacchino (suya
es, por poner un ejemplo, la monumental banda sonora de "Perdidos").
Aquí el compositor consigue crear la partitura adecuada para cada momento, especialmente
ensalzando los momentos más épicos del film, lo cual otorga un impresionante
apoyo al mismo de cara al resultado final.
Además,
en una película de estas características no podemos olvidarnos de algo
fundamental, los efectos visuales y especiales. En todo momento son soberbios,
te introducen en la película desde el primer momento, permitiéndote vivir las
aventuras del capitán Kirk y el Sr. Spock casi en primera persona y consiguiendo
que algo que tu cerebro cataloga como imposible parezca real. Y no sólo eso,
sino que además están al servicio de la historia, conjugándose con un guión que
ofrece algo más al espectador que lo que nos tienen acostumbrados (desgraciadamente)
los blockbusters de estas
características.
En
definitiva estamos ante una película muy recomendable que ofrece al espectador
lo que iba buscando, pasar dos horas realmente entretenido, evadiéndose de los
problemas del mundo exterior y viviendo los de los personajes de la pantalla,
en este caso, la tripulación del USS Enterprise con el capitán Kirk y el Sr.
Spock a la cabeza.
El director J. J. Abrams en el set de rodaje. |
Un momento del rodaje de la película. |
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