La
nueva película de la superestrella Brad Pitt está basada muy libremente en la
genial novela de Max Brooks, hijo del veterano director Mel Brooks, aunque hay
que reconocer que el parecido entre ambas se acaba poco más allá del título (World War Z en el original). Sin embargo,
hemos de aceptar que estamos ante un más que correcto producto veraniego de
acción, aunque poco tiene que ver con las películas de temática zombi a las que
estamos acostumbrados, con zombis lentos y aletargados, pues los infectados de
esta película corren más rápido que Usain Bolt.
Uno de
los problemas que nos encontramos en el filme es que en las primeras escenas de
acción de la película la cámara se mueve frenéticamente (que alguien le diga a
Marc Foster que mover la cámara mucho y meter 4 planos por segundo no significa
dar ritmo a la acción, porque el inicio de Quantum
of Solace era igual de mareante). Esto nos dificulta enormemente ver qué
ocurre en la pantalla y, en ocasiones, llega a sacarnos de la acción. Por
suerte, esto no dura mucho y poco a poco parece que estos movimientos se van
tranquilizando, limitándose sólo a momentos puntuales en algunas escenas de
acción.
Por
otra parte, la película ha intentado evitar la calificación “R” (Menores de 17
años acompañados de padres o tutor adulto) en Estados Unidos por todos los
medios, llegando a grabarse nuevas escenas cuando ya había finalizado el rodaje,
con el consiguiente coste añadido que elevó el presupuesto de la producción por
encima de los 200 millones de dólares. Se llegó incluso a modificar el final ideado
inicialmente (el cual intuyes al cabo de una hora de película) para adaptarlo
al tono del filme, más cercano al “para todos los públicos”, lo que estropea levemente
el conjunto (de hecho, tras leer el final ideado inicialmente, diría que
estropea el resultado bastante, pues el final descartado es mucho más adulto,
interesante y maduro).
Los
actores, en especial un Brad Pitt ("El curioso caso de Benjamin
Button", "Babel", "Malditos bastardos") alrededor del
cual se ha articulado la película para su lucimiento, están correctos en sus
papeles, aunque ninguno sobresale especialmente. También podemos ver acompañando
a Pitt a algunos secundarios de lujo como David Morse (la serie "24",
"16 calles"); Mireille Enos (del remake
americano de "The Killing") como la mujer del protagonista; James
Badge Dale ("Infiltrados", "El vuelo", "Iron Man
3"); un desaprovechadísmo Matthew Fox (el Jack Shephard de la serie
"Perdidos", “En el punto de mira”), cuyo papel se vio reducido a un
mero cameo que como pestañees te lo pierdes debido al cambio de final durante
la producción, en el cual su personaje iba a tener mayor peso; y el
descubrimiento de la casi desconocida para el gran público Daniella Kertesz, en
uno de los personajes más interesantes y con más desarrollo a lo largo del
filme (excluyendo el de Pitt, claro).
En
definitiva estamos ante un correcto producto de acción (que no terror, por más
que la película verse sobre infectados), con un desarrollo muy entretenido, algunos
sustos a lo largo del metraje y una atmósfera muy conseguida. Un blockbuster veraniego entretenido, que
merece la pena disfrutar en pantalla grande pero con un final que, aunque
correcto, no está a la altura del desarrollo del metraje.
Marc Foster (derecha) dirige una escena del filme. |
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