sábado, 20 de junio de 2015

Así da gusto volver al Parque

JURASSIC WORLD (2015)

Más de 20 años después de la primera entrega, el parque reabre sus puertas. Reconozco que tenía sentimientos encontrados respecto a la nueva película. Por una parte, me apetecía mucho ver el parque abierto en todo su esplendor (quién no tenía ganas de ver más del parque tras el primer film), pero por otra me daba miedo que fuese una treta más de Hollywood para recuperar otra franquicia sin nada nuevo que ofrecer y, lo más preocupante, sin respetar el original.

Colin Trevorrow (Seguridad no garantizada) toma las riendas de esta continuación tardía de la franquicia iniciada por Spielberg. Y hemos de decir que aprueba con nota. Es cierto que Trevorrow no es Spielberg, ni lo pretende. Pero tiene un gran aliciente que respalda su elección:  el gran respeto que siente por la película original. Trevorrow es un fan del film original y eso se respira en cada plano, en cada guiño. Es como si le hubiesen dado este enorme presupuesto a un fan (con un buen manejo de la cámara, todo sea dicho), para hacer una continuación/homenaje del film de 1993. Así, uno de los personajes, quien viste una camiseta con el logo del parque original en uno de los múltiples guiños al mismo, afirma el enorme respeto que siente por dicho parque pese a la catástrofe sucedida porque aquel era "auténtico". Casi parece que escuchamos al director hablándonos en una clara declaración de intenciones sobre su respeto por el film de Spielberg.

Otro acierto es la selección de actores, con un Chris Pratt (Star-Lord en Guardianes de la Galaxia) que consigue dotar a su personaje del carisma necesario para aguantar el peso del film pero sin llegar a saturar por un 'exceso de personalidad' y una Bryce Dallas Howard (La joven del agua, Criadas y señoras) que logra que su personaje no se quede en un mero cliché de ejecutiva aportando su toque personal a la ambiciosa y ocupada directora del parque. Los niños de la película cumplen su función adecuadamente, sin llegar a emocionar en ningún momento ni ofrecer una interpretación memorable están lo suficientemente bien dirigidos para no llegar a molestar.
 
La banda sonora, pese a ser del genial Michael Giacchino (la serie Perdidos, Up, las nuevas versiones de Star Trek) no consigue emocionar en ningún momento, convirtiéndose en un mero acompañamiento que poco tiene que ofrecer. Cabe mencionar la excepción que supone la presentación del parque, espectacular por otra parte, en que se escucha la banda sonora original del genio John Williams sonando a todo volumen. A mi particularmente se me pusieron los pelos de punta en ese momento en que redescubrimos el nuevo parque más de 20 años después.


Por último, no podemos olvidar a los verdaderos protagonistas de la película: los dinosaurios. Si bien es cierto que hay un gran uso de los efectos generados por ordenador, con un nivel de detalle espectacular y con una integración que no desentona en ningún momento, se agradece la inclusión de animatronics, tan olvidados hoy en día, para recrear algunos de los momentos más cercanos del film. Además, esto se siente como otro guiño más al film original.

Podemos afirmar que estamos ante un blockbuster cuya intención es reventar la taquilla (cosa que está consiguiendo viendo los más de 500 millones recaudados a nivel mundial en su primer fin de semana de exhibición) pero realizado por un fan que respeta el film original y sabe lo que se tiene entre manos. Así, asistimos a una historia bastante predecible pero que entretiene y engancha en todo momento (pese a algunos lagunas de guión un tanto inexplicables), aderezada con múltiples guiños al film original que agradarán a los fans más acérrimos o escépticos sobre esta continuación y dirigida con pulso firme por Trevorrow, quién demuestra en cada plano el amor y respeto por la película que está realizando, así como por el original que inició la saga. 

Chris Pratt en un momento de la película.
Uno de los animatronics usados en el film.